En el término estricto, ciudadanía del mundo rechaza entonces las divisiones estatales, y la misma pertenencia obligatoria como ciudadanos de un Estado, es un concepto internacionalista pero no es solamente una aspiración bienintencionada de dejar a un lado las diferencias por nacionalidad, es también un proyecto político con propuestas de cómo establecer una nueva ciudadanía de aplicación global. Los principios de la ciudadanía global serían primeramente que sea un ciudadanía de aplicación local y de adhesión voluntaria, y que a través de pactos federativos estas unidades territoriales locales por decisión de sus propios ciudadanos aceptarían entre sí a los ciudadanías de las demás localidades.
Los primeros en identificarse a sí mismos como ciudadanos del mundo fueron los filósofos estoicos. Acuñaron el término de cosmópolis o ciudad universal de la que se deriva la palabra cosmopolita. El estoicismo fue una filosofía importante del Imperio romano, el cual esperaba crear tal cosmópolis.
La perspectiva de un ciudadano del mundo tiene afinidad con la perspectiva existencialista en tanto en cuanto los ciudadanos del mundo :
No quieren ser clasificados mediante la imposición de categorías artificiales.Gustan de identificarse a sí mismos principalmente como seres humanos y después como pertenecientes a cualquier grupo o grupos a los que crean pertenecer.También algunos ciudadanos del mundo pueden trabajar o querer trabajar para unas Naciones Unidas reformadas que representen y respondan a la voluntad de los pueblos del mundo, más que a los regateos y disputas entre gobiernos, y se adhieren a los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un sistema federal en la escala nacional; asimismo, también pueden trabajar hacia el reforzamiento de la identidad común y la armonía entre los ciudadanos del planeta, aún respetando la diversidad local y nacional.Quien se considere ciudadano del mundo no tiene por qué adherirse a ninguna ideología en particular, aunque existe la tendencia a asociarlos con filosofías sobre la nación y el mundo como el internacionalismo, el cosmopolitismo, el anacionalismo, el globalismo, o el federalismo; y con filosofías políticas tales como el paternalismo libertario y el racionalismo progresivo.
Gran parte del pensamiento político de los dos últimos siglos ha dado por supuesto el ideal del nacionalismo y la institución del estado-nación que justificaba la soberanía estatal como "Los pueblos son libres e independientes entre sí". Ahora, con el advenimiento de la globalización ( aldea global) y el incremento de la facilidad de viaje y comunicación ( libertad de circulación), aumenta la sensación de que el sistema político basado en el estado-nación se ha quedado obsoleto: los pueblos no son más totalmente independientes entre sí, pues comparten la misma Tierra.