La carroza, también llamada berlina de gran gala, es un carruaje de forma similar a la berlina, pero con gran riqueza en su exhibición de guarniciones y adornos, así como cuatro linternas.
Todos sus costados van cerrados con cristales en número de ocho o siete, en este caso, cuando el testero posterior es un tablero. Va tirado por cuatro, cinco o más caballos dispuestos en flecha o en lanza. Dispone de tablero posterior para dos lacayos que marchan de pie cogidos a tirantes unidos a la caja. Se monta a ocho resortes de doble suspensión o cuatro en ballesta cerrada.
Carroza de media gala
Se asemeja a la anterior pero tiene cinco vidrios o luces.
Historia
A principios del siglo XI, el arquero Alberto de Itimiano, inventó la carroza, el "carroccio", era en principio un vehículo militar de carácter sagrado y de enorme tamaño. Arrastrado por 24 caballos, de dos ejes y cuatro ruedas, tenía el tamaño de una casa de dos alturas. Estaba totalmente acorazado, contaba con una torre central que solía ir precedida de una imagen de Cristo o una cruz de dos o más metros y contaba con un altar.
Pero a partir del siglo XII, la carroza, disminuyendo de tamaño pero conservando su carácter de lujo sirvió de modelo para un vehículo que se convirtió en un signo de poder económico y posición social, poniéndose particularmente de moda entre las princesas, que hacían cubrir sus carrozas de terciopelo y motivos de oro y plata.