Se desarrolló desde el 13 hasta el 25 de agosto de 1920. Comenzó cuando las fuerzas del Ejército Rojo, comandadas por Mijaíl Tujachevski, se aproximaron a Varsovia y a las cercanías de la fortaleza de Modlin. Pese a que en un principio las tropas soviéticas parecían estar ganando la batalla, realmente estaban cayendo en la trampa preparada por el gobierno polaco. El 16 de agosto, fuerzas polacas dirigidas por Józef Piłsudski contraatacaron desde el sur a los puntos débiles del frente soviético, forzando contra todo pronóstico a las fuerzas rusas a retirarse en forma desorganizada hacia el este y detrás del río Niemen.
Antes de la victoria polaca en el río Vístula, tanto los bolcheviques como la mayoría de los expertos extranjeros consideraban que Polonia estaba al borde de la derrota. El contundente e inesperado triunfo polaco dañó seriamente a las fuerzas bolcheviques. En los meses siguientes, varios éxitos más aseguraron la independencia y la frontera oriental de Polonia. Esta victoria polaca supuso un gran freno al avance de los gobiernos comunistas en Europa Central.
Tras la Primera Guerra Mundial, el choque entre la Rusia Soviética y el recién creado Estado de Polonia parecía inevitable. Polonia, que acababa de recuperar la independencia perdida tras la tercera partición de la Mancomunidad Polaco -Lituana[n 3] (1795), se formó a partir de territorios que antes de la Guerra Mundial habían pertenecido a Alemania, Austria - Hungría y Rusia, que intentaron ceder el menor territorio posible, dejando así a muchos polacos fuera del nuevo Estado. Además, los polacos buscaban establecer la Międzymorze, una federación multinacional de todos los países entre los mares Báltico y Negro. Esta unión tendría suficiente fuerza para detener cualquier impulso imperialista de Alemania y Rusia en Europa Oriental.